Cultura

Los litros de tinta que lleva adheridos a la piel ponen al descubierto su pasado: “MS 13, mara salvatrucha”, dice en su brazo derecho. Arriba lo acompañan más tatuajes y más arriba –en su rostro- las marcas no uniformes y en desorden que son la huella de los cortes y la sangre de antaño, de la lucha, del delito. Un diente de oro adorna su sonrisa, una sonrisa que ríe pero que trata de olvidar las pesadillas de esas muertes ejecutadas a mano propia y sin reflexión – 11 en total -. De ser el más bravo de los bravos del pandillaje, la delincuencia y el narcotráfico, pasó a ser un vendedor de helados estrella y, luego, a convertirse en un pacificador para pagar sus “pecados” y agradecer que aún sigue vivo.

*Por Diana Hidalgo

 

 

Comenzaban los años 90 y el terrorismo recrudecía en el país. Un muchacho de 23 años volvía al Perú para quedarse, pero quería cambiar. “Para ese momento había obtenido todo lo que había querido, me sentía como de 80”, afirma con vehemencia. Ya tenía hijos y nietos. Planeaba alejarse del delito y de la muerte para pagar sus culpas. “Estoy cansado, quiero ser otra persona. Ya no quiero vivir con el dedo en el gatillo”, decía con anhelo.  Elmo Molina quería ser otro hombre.

 

Hoy tiene cuarenta años y afirma creer en dios. A los nueve años salió de casa para no sentirse una carga. El niño Elmo –ese que aprendía a leer hojeando a Condorito y a sumar, jugando casino- , se metió al mundo oscuro de la calle en donde permaneció por muchos años. “Entre los 11 y los 16 ya manejaba ocho pandillas”, afirma. Mientras otros muchachos estaban terminando el colegio, viviendo la adolescencia de 16, Elmo viajó a la selva y se dejó seducir por las garras del narcotráfico. “Esa fue la etapa más dura y sangrienta de mi vida”, dice con los ojos en modo regresión hacia el pasado. Ahí fue la primera vez que mató.

En Lima era el “más bravo”, el más respetado y más temido de los barrios y las bandas. En menos de dos años logró formar 27 pandillas a lo largo de toda la ciudad. Recuerda con especial cariño a “Los Alcones”, pandilla que comandaba desde el Cercado de Lima y que logró extenderse hasta 54 asentamientos humanos. Comenzó como un grupo de baile hasta convertirse en una de las peores pandillas y más respetadas de la ciudad. Todos andaban de negro y se jactaban de su status de pandilleros. A Elmo le de mucha lástima, muchos de sus amigos murieron allí.

Ejecutaban asaltos en farmacias, grifos y tiendas. “Andaba armado, disparaba a diestra y siniestra”, dice con seguridad. Comenta haber manejado muchas armas pesadas y, en una ocasión desafortunada haberle disparado a su propio hermano en un momento de desesperación. Así fue alejándose de su familia, quienes tenían que mentir y que fingir que no lo conocían cada vez que la policía iba a buscarlo a su casa para detenerlo.

Ya había probado el poder pero quería más. Llegó hasta Brasil, Colombia, México y Honduras. En este último país se unió a la MS-13, mara salvatrucha. Inmortalizó en su piel el nombre del grupo que sería su familia para siempre y tuvo que disparar a quemarropa a  alguien en la calle para ser aceptado allí. En estos países pasó años llenos de violencia, desbande, lujo, sangre y drogas. Pasó por varias cárceles, mató, robó y también quisieron matarlo. “Gracias a dios estoy vivo”, dice con aires de cierta angustia. Los seis impactos de bala que tuvo en el cuerpo y el pedazo de plomo que aún vive en su espalda dan prueba de ello. “Me dejaron como coladera”, dice entre risas.

Un día caminaba por la calle y vio un hombre tirado en una banca a lo lejos. Estaba hecho un desecho humano por las drogas y la mala vida. Elmo rompió en llanto y salió corriendo. “Me vi reflejado en él, tuve mucho miedo”, comenta. Ello, sumado al amor incondicional de una mujer –la madre de uno de sus cuatro hijos-, lo incentivaron al cambio. “Soy un hombre que se salvó porque tomó la decisión correcta en el momento indicado”, dice contento. Así dejó atrás los días de “hay que matar para sobrevivir” a días de poder caminar tranquilo por las calles. Siendo un vendedor estrella de helados para sacar a adelante a sus hijos o intentando reintegrase a la sociedad y también a su familia.

Elmo andaba en busca de su redención. Le costó sudor y lágrimas y dos intentos de suicidio aventándose hacia el Río Rímac. Pero lo logró. “Ahora soy un pacificador. Trabajo en los barrios más difíciles de Lima para la reducción de los conflictos urbanos y la inclusión”, dice con orgullo. Va de colegio en colegio y de barrio en barrio hablándole “a los más bravos” para que no cometan los mismos errores que él, para que se alejen del mundo maldito del delito.

“Lo más difícil fue que la sociedad lo entienda. Tuve que trabajar mucho para eso”, afirma. Así llegó a trabajar en el Ministerio del Interior, el Ministerio de la Mujer y hasta en el Instituto de bienestar colombiano. Luchando por unas calles sin violencia y unos jóvenes limpios del robo y de la muerte. Sabe que una palabra, una ayuda o prestar atención a esos muchachos olvidados logra cambios significativos. “Los muchachos con los que trabajo ya están teniendo una visión como la mía”. Eso lo tranquiliza, lo enorgullece.

No se cree un héroe –ni quiere decirlo-, pero en el fondo sospecho que así lo siente. Quiere serlo no por vanidad ni vanagloria, sino por paz. Elmo trabaja -y lo quiere seguir haciendo-, por esa juventud perdida y olvidada. Ya sea conversando, o en talleres de carpintería o chocolatadas. Para que esas muertes le duelan cada día menos y para darles un buen ejemplo a sus hijos que para él  lo son todo.

 

 

El “bravo” que se volvió héroe

Minientrada
Política

De un extremo al otro el terror sigue siendo el mismo

*Por Diana Hidalgo

Los hechos
El 14 de agosto de 1985 un comando del ejército formado por el capitán Helber Gálvez, el teniente coronel Carlos Medina, el mayor José Williams Zapata, el teniente Juan Rivera Rondón y el subteniente Telmo Hurtado, llevan a cabo el operativo Huancayoc en el poblado de Lloqllapampa ubicado en el distrito de Accomarca, Ayacucho. Este operativo tenía como objetivo desbaratar una supuesta “Compañía Accomarca” formada por miembros de Sendero Luminoso que operaría en la zona y que habría asesinado a varias autoridades y pobladores.

Eran las seis y media de la mañana cuando dos patrullas de la compañía Lince conformada por miembros del ejército y la infantería de Marina, irrumpen en la Quebrada de Huancayoc disparando a quemarropa, amedrentando a pobladores, violando y agrediendo a las mujeres, matando niños, ancianos; y, por último, incendiando el grupo de viviendas en las que arribaron luego de lanzar granadas. El saldo: 20 personas inocentes muertas, asesinadas.

Al otro lado del mundo, en otro continente y veinte años después, en la localidad de Hadiza, a 200 kilómetros del noroeste de Bagdad, 24 civiles iraquís, incluyendo mujeres y niños, fueron asesinados brutalmente por una tropa de soldados estadounidenses.

El 19 de noviembre de ese año, una bomba colocada por insurgentes de la zona, estalló en una carretera, asesinando a civiles y a un marine estadounidense: Miguel Terrazas, de 20 años. Luego de múltiples ataques a manos de estos grupos terroristas (incluyendo Al Qaeda) en esta zona donde habían muerto 60 marines y 24 policías iraquís, esta tropa de soldados decidió establecer acciones en represalia. Hicieron una redada en las viviendas del lugar y dispararon en forma indiscriminada a sus ocupantes. Ametrallaron a todos: hombres, mujeres, ancianos y niños. Veinticuatro vidas dejaron de existir ese fatídico día.

Terribles coincidencias
¿Qué tienen en común estos nefastos hechos? A simple vista podría parecer sumamente lejanos y no relacionables pero, los cierto es que en ellos hay más coincidencias de las que uno se podría imaginar. Varios patrones comunes observables y analizables.

Coincidencia 1 (Motivos por los cuales se ataca de esa manera: Peligro potencial en el lugar-Represalia): En primer lugar, se debe tomar en cuenta que ambos lugares, en ese momento, eran considerados por las fuerzas del orden como lugares peligrosos en donde se realizaba actividad terrorista y donde se escondían los revolucionarios del terror.

En el caso de Accomarca, existían las llamadas “Escuelas populares”. Centros de adoctrinamiento desde los cuales militantes senderistas pretendían dirigir la vida comunal e individual de los pobladores. Además de ello, en la misma zona y en lugares aledaños, operaba sendero Luminoso asesinando autoridades y civiles y amedrentando y amenazando a la gente constantemente.

Hadiza, por su parte, era conocida como “La capital de los asesinatos”. Al Qaeda y los insurgentes operaban asesinando y sembrando terror en todo el lugar. Otro de sus apelativos era “La ciudad de la muerte”, la gente vivía atemorizada. Y no sólo por los terroristas, sino por los miembros del ejército estadounidense que se habían asentado allí y que, en teoría, estaban ahí para defender y velar por la paz del lugar. Al igual que en Accomarca, los pobladores vivían atemorizados por los efectivos del ejército.
Lo que ocurrió en ambos casos es que, los miembros de los dos ejércitos en cuestión (el estadounidense y el peruano), deciden tomar esas acciones extremistas cuando se encuentran frustrados por no poder identificar con certeza o capturar a los terroristas. Tras una acción violenta por parte de los mismos (en el caso de Hadiza, la bomba estallada en la carretera que mató a un marine sumado a las otras múltiples acciones extremistas y; en el caso de Accomarca, la existencia de las escuelas populares y los múltiples asesinatos con carteles senderistas de “Así mueren los soplones que están contra el pueblo” o “Viva la guerra de guerrillas”, deciden combatir violencia con violencia y tomar acciones en represalia.

Ocurre algo así como una venganza mezclada con un fuerte sentimiento de frustración por no encontrar culpables de tanta violencia. Como no se les encuentra y no se les captura, ambos ejércitos tienen que justificar su existencia encontrando y eliminando supuestos culpables y así, sembrando una supuesta paz y evitando el terror. Por supuesto, que lo que hicieron fue sembrar más terror y más violencia. Digo supuestos culpables, porque en ambos casos, nadie comprobó que los que estaban en esas viviendas eran terroristas, todas eran puras suposiciones.

Coincidencia 2: (Las órdenes vienen de los altos mandos): En los dos casos, las órdenes de hacer ese tipo operaciones vinieron de los altos mandos -aunque esto se quiera negar, como en el caso de Telmo Hurtado en Accomarca, quien prefiere auto incriminarse y decir “Como le dije, yo he tomado la determinación de eliminarlos. Mi determinación”, como lo expresa en el interrogatorio que se le hizo luego de los hechos, pero la verdad es que él recibía órdenes-. En Hadiza esto se hace evidente cuando el teniente Ramírez, luego de cometer la matanza durante la redada, se arrepiente de seguir esas órdenes y de que le “hayan hecho” hacer eso. Reconoce que gracias a ello su vida no va a ser la misma, tiene pesadillas. Está afectado psicológicamente.

Es interesante porque en este punto, se puede establecer que, en ambos casos, la culpabilidad de los hechos la tiene el que da las órdenes pero también, por supuesto, el que las ejecuta. Un soldado al que se le manda matar a gente que no ha hay pruebas para considerársele culpable de algo en forma indiscriminada, podría negarse. Estaría en juego su trabajo, quizá su carrera. Pero se está hablando de asesinatos, de vidas desaparecidas y esfumadas injustamente. Podría, en todo caso, no hacerlo. Pero claro, hay que tomar en cuenta en estos casos la psicología humana.

Hace algunas décadas (exactamente en 1963), el reconocido psicólogo Stanly Milgram realizó un experimento sobre obediencia a la autoridad que tenía como objetivo medir la disposición del ser humano para obedecer las órdenes de una autoridad aún cuando éstas podrían estar en conflicto con su conciencia personal. Milgram resume su experimento en un artículo que publica en 1974:

“Los aspectos legales y filosóficos de la obediencia son de enorme importancia, pero dicen muy poco sobre cómo la mayoría de la gente se comporta en situaciones concretas. Monté un simple experimento en la Universidad de Yale para probar cuánto dolor infligiría un ciudadano corriente a otra persona simplemente porque se lo pedían para un experimento científico. La férrea autoridad se impuso a los fuertes imperativos morales de los sujetos (participantes) de lastimar a otros y, con los gritos de las víctimas sonando en los oídos de los sujetos (participantes), la autoridad subyugaba con mayor frecuencia. La extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal descubrimiento del estudio” (Stanley Milgram. The Perils of Obedience. 1974)

Dicho experimento concluyó en que el 62% de los participantes obedeció plenamente a las órdenes del experimentador (que representaba la autoridad). Ello justifica -o puede explicar en parte-, por qué ambos ejércitos actuaron de esa manera y no les importó en ese momento, llevarse a cuestas la carga emocional de haber manchado sus manos con sangre de asesinatos. Obedeciendo plenamente a la autoridad.

Coincidencia 3 (“Hay que eliminar a todos, no se puede confiar en nadie” /Procedimiento estándar-modus operandi): En el modus operandi en estas acciones, ambos casos, está presente la idea de que “No se puede confiar en nadie”, que todos (incluidos ancianos, mujeres y niños) pueden cargar bombas o podrían ser terroristas en potencia, por lo tanto, habría que eliminarlos. En los dos hechos existe algo así como un “procedimiento estándar” en estas violentas redadas: Interrogatorios con violencia, golpes y exterminio definitivo.

En Hadiza, se observa cómo los soldados comentan “Yo vi una mujer sacar una ametralladora de debajo de sus faldas y empezar a disparar” o “Estamos en un entorno hostil, absolutamente todos: hombres, mujeres y niños son enemigos”. O durante los entrenamientos, repetir frases como “Son unas putas máquinas, compórtense como tales”, “Entrenamos para matar, matar, matar” o “Es una fábrica de bombas de insurgentes, acuérdense de los 50 marines que murieron por las bombas. Listos a matarlos a todos”. Estos eran los discursos que andaban en las mentes de los soldados estadounidenses y los cuales se repetían constantemente.

Es un discurso similar el que expresó el subteniente Telmo Hurtado en el interrogatorio posterior a los hechos ocurridos en Accomarca: “…logrando capturar salieron bastantes heridos, más que todo porque, como usted sabrá, nosotros somos patrulla de combate, no son patrulla de reconocimiento. Uno no puede confiar de una mujer, un anciano o un niño en estos momentos que estamos viviendo, especialmente lo que nosotros vivimos allá”, “No lo he leído en ningún manual, más que todo los niños han caído en la acción misma de la operación que hemos realizado ahí, usted no ve si es mujer, niño, anciano el que corre”, “Como lo vuelvo a repetir, uno no puede medir que ese niño es un elemento peligroso para uno, o no. No sabe, puede tener una carga de dinamita, un armamento guardado. No se sabe. Como le digo, ellos utilizan cualquier medio para tratar de ocasionar bajas, inclusive cuando hubo la emboscada del año pasado al Teniente Iturraga, no fue gente masculina la que en realidad hicieron la emboscada, sino fueron mujeres y niños. Pero eso no es de conocimiento de ustedes, eso tenemos que vivirlo nosotros cuando caen nuestros camaradas, caen nuestros soldados, cuando lo emboscan a uno…”. Este discurso, sumado a la idea de que cualquier poblador que se asoma a la zona debía ser considerado como terrorista y, por tanto, se le debería exterminar, hizo posible las 20 muertes de personas inocentes.

En ambos casos, se observa que estos discursos, provocaron la manera de operar de los dos ejércitos en cuestión. Se escudaron en eso para matar personas a quemarropa y sin importar si eran culpables o no.
Además, el tema de que “se ciñeron al modus operandi previsto”, para el caso de Accomarca, se evidencia en la Sala Suprema Penal, cuando luego de la sentencia absolutoria en octubre de 1987 en la que todos los acusados son absueltos de homicidio calificado y Hurtado es condenado sólo a dos años de prisión por “abuso de autoridad”, se admitió que “los acusados cumplieron con sus obligaciones militares y se ciñeron al modus operandi previsto para el ingreso a poblaciones, interrogatorios sumarísimos y captura de presuntos elementos terroristas”.

Luego de “estas acciones tan valerosas” para los ojos de los altos mandos, ambas tropas de soldados fueron felicitadas y condecoradas por su valentía en estas acciones. El hecho de que después de les haya juzgado es algún tiempo después. Antes hay que considerar que primero vinieron las felicitaciones. En Hadiza se felicitó y condecoró a varios marines. Claro que hay que tener en cuenta, en este punto, que, en ambos casos, no se supo la magnitud de los asesinatos hasta un tiempo después de que se destaparon los hechos gracias a algunos testigos que habían estado en ambos ataques.

En el caso Accomarca, cuando el tema estaba en discusión y ya se sabía lo ocurrido, algunos generales y el presidente de turno (Alan García) opinaban de esta manera, defendiendo a Hurtado y librándolo de la condena por asesinatos múltiples: “Telmo Hurtado se jugó la vida en defensa de la sociedad peruana” (Gral. Cisneros Vizquerra), “El subteniente Hurtado es un luchador por la democracia” (Gral. Flores Torres), “Defenderé a las Fuerzas Armadas contra la demagogia de los traficantes de cadáveres” (Alan García).

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Arte, Teatro

Una vida de arte

Bordea los 70 años y lleva a cuestas toda una vida comprometida con el arte. Chiarella es compositor, actor y director. Está convencido de que uno en la vida tiene que hacer lo que le gusta para ser feliz. Se graduó de abogado, ejerció el periodismo y la publicidad y hasta hizo taxi en los años más difíciles para poder vivir de su pasión. Almorzó con Fidel Castro, entrevistó a Benedetti en un avión y tiene pánico de olvidarse de los guiones de teatro. Un artista inolvidable.

*Por Diana Hidalgo

Jorge Chiarella tenía cuatro años cuando cogió su primera armónica. Un juguete colorido y de plástico que le regaló su madre y que le permitió hacer sus primeros sonidos musicales y enamorarse de la música. “En el fondo, quería ser músico”, sostiene con seguridad. A los 16 años entró al Conservatorio gracias a su perseverancia, luego recibió dos meses de clases particulares. Todo ello, como dice, lo ayudó a manejar su creatividad.

Paralelamente a ello entró al teatro de la PUCP. Estaba en la facultad de letras y humanidades estudiando derecho. “Yo sabía que lo mío iba por el lado del arte y las humanidades”. Recuerda con cariño y agradecimiento cómo su maestro Ricardo Blume les enseñaba todo y los apoyaba. “Éramos muchos jóvenes artistas entre los que estaba Gustavo Bueno”. Sobre la base este taller de teatro se fundó oficialmente el TUC.

La primera obra que montaron fue “La Tinaja” de Luiggi Pirandello. Obra que unos años después, cuando Jorge tenía 18 dirigió en el colegio Matter Purissima “No podía creer que me hayan contratado como director siendo tan joven”. Para ese entonces, ya tenía algunos logros artísticos como ser el compositor oficial de los montajes de la TUC y haber quedado en cuarto lugar en un concurso de armónica en toda América del sur. Hasta ese entonces, seguramente ni se imaginaba que, años después se estrenarían sus composiciones en la Orquesta de la Sinfónica de Lima. En el 2008 se estrenaron “Sweet para divertirse” y “Encuentro en marinera”.

Pero su primer papel no fue en esa obra sino un tiempo antes, cuando estaba en 5to de secundaria en una obra patriótica sobre la guerra con Chile. Han pasado décadas y aún recuerda a carcajadas todas las líneas de ese papel. “Yo hacía dos papeles en verdad, hacía del cabo Maldonado, que eran tres líneas y luego de un muerto chileno”, estalla de risa. Años después actuaría no sólo sobre tablas sino en cine nacional e internacional. En películas de Francisco Lombardi y en la conocida película “Diarios de motocicleta” de Walter Salles.

Chiarella reconoce haber hecho de todo para poder sacar adelante su pasión. Del derecho y del periodismo se ha llevado muy buenas recuerdos. “El derecho, aunque parezca mentira, me ha servido mucho para la interpretación de los textos de teatro, porque el teatro no está en el texto sino en el subtexto”. Nunca lo ejerció pero a pesar de ello hace poco dictó un curso de expresión oral par abogados.
En 25 años de periodista cultural y de colaborador para El Comercio y la revista Oiga ha tenido la oportunidad de realizar muchísimas entrevistas que ha disfrutado y de las cuales ha aprendido mucho. Resalta una entrevista sobre teatro que le hizo a Julio Ramón Ribeyro y una entrevista a Mario Benedetti en un avión durante casi 7 horas. También, por supuesto las múltiples entrevistas que le hizo a Peter Brook, el director más influyente del teatro contemporáneo. Y, claro, cómo olvidarse de cuando cenó con Fidel Castro.

Ha salido en comerciales, hecho crítica de televisión, telenovelas y, cuando las cosas no iban tan bien, incursionó en la publicidad y hasta hizo de taxista durante los años ochenta. “No quería morirme sin decir que yo he vivido del teatro”. Ya no quería hacer telenovelas y se tuvo que apoyar del taxi para poder sacar adelante a su familia y seguir viviendo de lo que amaba hacer.

A la publicidad llegó como quien no quiere la cosa cuando había época de vacas flacas. Primero estuvo 4 años en la agencia de un antiguo alumno suyo y hace 16 años formó “Cuarzo”, agencia que maneja hasta el día de hoy y que ha hecho míticos comerciales como el de Bismutol, Gingisona y Nastiflú.

En paralelo a estos múltiples oficios siempre estuvo ligado al teatro, el cual dice, le ha dado las mayores satisfacciones de su vida. Por él conoció a la dramaturga Celeste Viale, quien fue su alumna en el TUC y, que tiempo después, se convirtió en su esposa y madre de sus dos hijos. Junto a ella formó el grupo de teatro “Alondra”, con el cual ganó el premio nacional de teatro “Ricardo Roca Rey” en 1989 por dirección escénica. Tras doce años de “Alondra” funda otro grupo de teatro llamado “Aranwa” que funciona hasta el día de hoy como centro de formación teatral y también como sala de presentación de obras.

Hoy tiene muchos proyectos. Uno de los principales es hacer una sala de teatro propia que albergue 150 personas a la cual bautizará con el nombre de su maestro: Ricardo Blume. El local está comprado y los planos listos. Sonríe con emoción al hablar de ello, luego mira el afiche que le muestro de “Pequeñas interrupciones”, obra que montó hasta hace pocas semanas junto a su esposa Celeste y bajo la dirección de su hijo Mateo Chiarella. “Es un placer trabajar con ellos, ha sido unos papeles más difíciles que me ha tocado interpretar pero me he divertido mucho haciéndolo”.

Con todos sus años de experiencia se atreve a decir que se puede vivir del arte y del teatro. “Pretendo creer que se puede pero hay que luchar”. Es y ha sido feliz con el teatro durante toda su vida. “Cuando uno hace lo que le gusta nada es difícil y todo es placentero, uno tiene que dedicarse a lo que le gusta, sino no es feliz”. Tras una larga conversación amena apaga las luces de la sala por hoy y dice que el teatro ayuda a entender mejor al ser humano.

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Literatura, Poesía

91 años de Bukowski

Bebía tanto como escribía o quizá escribía tanto como bebía. Charles Bukowski no fue un poeta maldito ni una escoria de la literatura universal ni mucho menos la decadencia de la literatura estadounidense. Fue ante todo un poeta y escritor apasionado de las letras, apasionado con el mundo y con sacar a la palestra personajes y asuntos marginales que nadie reconocía o que nadie se atrevía a hablar tan encarnizadamente. Sin duda tenía problemas con el alcohol pero eso no impidió la creación de su obra. Más de cincuenta libros no es poco. Hoy 16 de agosto hubiese cumplido 91 años. Aquí, el extracto de «Escritos de un viejo indecente», una de sus obras que encuentro bastante interesante:

—el mierda de las alas de papel —dijo Henderson.
el Toro se aproximó.
—no me toques —dijo el mierda de las alas de ,papel.
el Toro se lanzó hacia él, Y DIOS ME VALGA, aquel mierda empezó a

¡VOLAR! aleteó por la habitación, casi pegado al techo. Henderson y yo nos lanzamos a por la botella, pero el viejo me ganó, el Toro cayó de rodillas:
—¡DIOS DEL CIELO, TEN PIEDAD DE MI! ¡UN ÁNGEL! ¡UN ÁNGEL!
—¡no seas imbécil! —dijo el ángel, revoloteando—. no soy ningún ángel, sólo

quiero ayudar a los Blues. soy hincha de los Blues de toda la vida.
—de acuerdo, baja, hablemos de negocios —dijo Henderson.
el ángel, o lo que fuese, bajó volando y aterrizó en una silla. el Toro le arrancó

los.zapatos y los calcetines o lo que fuese y empezó a besarle los pies.
Henderson se agachó furioso y escupió al Toro en la cara:
—¡lárgate, bicho subnormal! ¡si hay algo que odie es el sentimentalismo baboso!
el Toro se limpió la cara y se fue muy quedamente.
Henderson recorrió los cajones de la mesa.
—¡mierda, creí que tenía por aquí en algún sitio contratos!
entretanto, mientras buscaba los impresos de los contratos, encontró otra botella y

la abrió. cuando arrancaba el celofán, miró al chico: —dime, ¿eres capaz de hacer una curva interior? ¿y una externa? ¿qué me dices de un deslizador? —que me cuelguen si sé —dijo el tipo de las alas—. he estado escondido. lo único
que sé es lo que leí en los periódicos y vi en la televisión. pero siempre he sido hincha
de los Blues y estoy muy triste por lo mal que os va la temporada.

El link donde pueden encontrar toda la obra completa: http://es.scribd.com/doc/7233592/Charles-Bukowski-Escritos-de-Un-Viejo-Indecente

DH

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Actualidad, Medios de comunicación, Redes sociales

De exhibicionistas y anónimos observadores

Todos hablan de las redes sociales: las investigan, las utilizan, las odian o las aman. No pasan desapercibidas. Y cuando se habla de ellas, por supuesto, Facebook y Twitter irrumpen en la conversación.

¿Y qué pasa si no tengo Facebook o Twitter? ¿Acaso no existo? Miramos como bichos raros a las personas que no los utilizan, como individuos anacrónicos. Parece que tuviéramos que probar nuestra real existencia en el mundo mediante un perfil de una red social.

Parece que nos gustara ser observados todo el tiempo, que nos sigan, que nos comenten, que les guste o les disguste lo que hacemos. Lo que antes sucedía –probablemente– en nuestras relaciones interpersonales del mundo real, ahora sucede a través de pantallas y botones.

Despidos, renuncias, rupturas sentimentales, eventos culturales, juergas de fin de semana. Todo está ahí y nos podemos enterar. No somos personajes de 1984, la visionaria novela de George Orwell, pero aún así podemos cumplir con el tentador papel de observadores, vigilantes omnipresentes a través de las pantallas. Ellas se convierten en nuestros ojos, en nuestras lupas. Y vaya adicción que generan.

Personalmente, detesto cuando las personas publican su vida entera en estos lugares. Se ha perdido la privacidad. Pareciera que el significado de esta palabra se ha enterrado a raíz de las redes. No es cosa de juego enterarse que tu mejor amiga se ganó una beca a Londres por una pantallita y no porque ella te lo dijo. Tampoco es juego perder un empleo por un “estado” publicado en una red social. En ocasiones, debo confesar, esto me da un poco de miedo: uno no sabe exactamente quién está observando o quienes acceden a tus contenidos, a esa información que depositas con suma confianza y tal vez ingenuidad.

Casi todas las cosas en exceso son malas. Si queremos vivir en un mundo orwelliano y ser los grandes hermanos observadores, hagámoslo. Pero con cuidado, con mucho cuidado.

DH
(Publicado en Link UPC N 15)

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Arte, Literatura, Poesía

Nadja como ficción o como no ficción

Tengo que decir sólo que este libro hace pensar mucho, requiere paciencia y bastante curiosidad. Cuando encontré este artículo de MVLL titulado «Nadja como ficción»,en el que habla del surrealismo y, principalmente, de Nadja, la novela surrealista de Andre Bretón, me esperé bastante sus comentarios, con los cuales, debo resaltar, discrepo en la mayoría. Aunque reconozco una buena presentación de esta «novela», una quizás interesante descripción.

Si Bretón inventó o no para escribirla, si todo lo que dice en ella es pura ficción (lo cual, personalmente, no creo) y si se sumerge en la poesía y se rehusa a llamar a sus escritos «literatura», eso es lo de menos. Con esta obra en frente, es lo de menos. Las etiquetas y términos no deben encasillar el sentido y la escencia de las ideas.

En fin, una obra bastante buena, llena de preguntas, de figuras mentales, de poesía, de curiosidad y de pasión. Una obra absolutamente no vacía. Muy recomendable

Aquí el enlace del artículo que comenté al comienzo:

http://www.letraslibres.com/index.php?art=5632

DH

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Actualidad, Blogs, Cine, Literatura, Medios de comunicación, Redes sociales, Sociología, Tecnología

Rapsodia a las mutaciones del parque humano

“La mutación es dolorosa: por tanto imperfecta siempre e incompleta” (Alessandro Baricco)

Empezaré escribiendo esta especie de “carta”, teniendo en cuenta que quizá el receptor piense que ya se habló mucho del tema o que ya existen suficientes investigaciones. Y es verdad. No hay muchos escritos sobre la mecánica de las cajas musicales o la psicología del actor en las películas surrealistas, pero sí muchos sobre medios de comunicación, la cultura y su desarrollo en la sociedad y los cambios que ha producido y que se han producido dentro de ellos. Por ello intentaré (en la medida de lo posible) ser amena y plantear puntos interesantes.
No haré como algunos teóricos o especialistas que cuando hablan de los fenómenos que ocurren en la sociedad (o en el patio humano) lo hacen como si hablaran de los fenómenos que les ocurren a los monos o a los pájaros del Caribe. Por eso, me tomaré como punto, como ejemplo, como testimonio, si se quiere, como conejillo de indias.
Yo: soy blogger hace más de un año; tengo un facebook con más de mil contactos; escucho música y veo películas desde mi laptop, visito constantemente la Wikipedia para enterarme de algunas cosas interesantes; la televisión me acompaña e intento verla diariamente; prefiero escribir en mis cuadernos que escribir en la pantalla de la computadora; llevo a todas partes mi mp4 con toda la música que bajo de internet y la escucho en todo momento; no me gusta leer desde pantallas, prefiero leer mis libros físicos y hojear cada una de sus páginas; me fascina el cine (mi computadora está llena de películas que bajo de internet un poco compulsivamente. En especial me gusta el cine independiente, el francés y el surrealista) y la literatura; en general, disfruto de apreciar el arte en todas sus expresiones; escribo siempre; no me gustan los ipads, iphones, televisores de última tecnología y derivados; me gusta leer el periódico en físico; escucho de vez en cuando la radio; tengo un celular pero, no me encanta la idea de tenerlo; disfruto de muchas conversaciones vía msn o vía facebook; he conocido gente a través de las redes sociales; tengo una cuenta en twitter la cual no uso demasiado; a veces leo algunas noticias por internet; me gusta mucho conversar y enterarme de nuevas cosas; pocas veces he participado en foros de internet o comentado en ellos; leo algunos blogs, de vez en cuando; no me encanta mandar mails.

Ahora no se puede hablar de medios de comunicación sin tecnología. Tecnología y medios de comunicación, Medios de comunicación y tecnología. Son como dos hermanas que no importa cuánto se pelen, siempre están juntas, como dos novios. Como Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, como la crema volteada con la miel. Difícil y terrible imaginarse un mundo, una sociedad, un imaginario mental sin medios de comunicación o sin desarrollo cultural. Pero también complicado adaptarse y aceptar todos sus cambios, sus mutaciones, sus transformaciones, sus olvidos y sus repercusiones. Debo reconocer que soy una futura periodista a la que no le entra totalmente en la cabeza todas estas nuevas tecnologías. Las acepto en parte, a las que me acomodo, pero le tengo recelo a algunas. Extraño los vhs ¿A ustedes les sucede lo mismo?
A Alessandro Barico: Alessandro…. “Los Bárbaros”, qué buen libro. Escrito de una manera amigable. No tienes una mirada fatalista ni conservadora como muchos otros autores que tratan e investigan del tema. Has conseguido reconciliar a las nuevas tecnologías y el comercio con la cultura y los medios de comunicación. Te acercas al fenómeno con delicadeza, buscando los detalles, desmenuzando el asunto. Una mirada de la que hay que aprender mucho (y lo digo también, por mi caso personal), debo aceptar mejor las mutaciones, como tú dices. Quizás soy un poco conservadora para estos tiempos.

Barico, en el texto mencionado, plantea tres ideas que me parecen importantes e interesantes para discutir el tema que estoy tratando y sobre las cuales trataré a lo largo de este texto: la nueva sensibilidad cultural que está surgiendo a raíz de los cambios en las tecnologías y en los medios de comunicación; la inmediatez en el consumo, las secuencias y la variedad de contenidos a las que las personas se ven expuestas constantemente; y la idea de que no se puede relacionar el avance tecnológico con la desgracia o la decadencia cultural si se quiere entender integralmente estos cambios.
“La nueva sensibilidad cultural” Suena bonito. Sucede que muchos teóricos, pensadores, filósofos, etc, conciben a “LA cultura” como algo sagrado y sacrosanto, como algo estático, clásico, inamovible y elitista. Con tantos cambios tecnológicos y en los medios de comunicación, la cultura, por así decirlo, se ha democratizado, se ha vuelto más accesible, más dinámica. A pesar de las resistencias y algunos conservadurismos, esta idea está siendo cada vez más aceptada. Las manifestaciones de la cultura de masas o de las culturas populares cada vez son más reconocidas. Salvo algunas excepciones ¿Quién iba a pensar que en los últimos años se alaben o reconozcan publicaciones como la saga de “Twilight” o la trilogía cinematográfica de “Stars wars” o la música chicha y la cumbia? Hoy, uno puede tener en su mesa de noche el segundo libro de Twilight y si quiere “Sueño de una noche de verano” de Shakespeare (No digo que esta idea me encante, pero es así. Y no está mal, y el que sea así no significa la “barbarie”).
Con ello quedan desterradas las ideas de filósofos como Theodor Adorno cuando dice:
“Hoy las obras de arte como las directivas políticas, son adaptadas oportunamente por la industria cultural, inculcadas a precios reducidos a un público reluctante, y su uso se torna accesible al pueblo, como el de los parques. Pero la disolución de su auténtico carácter de mercancía no significa que sean custodiadas y salvadas en la vida de una sociedad libre, sino que ha desaparecido incluso la última garantía de que no serían degradadas a la condición de bienes culturales. La abolición del privilegio cultural por liquidación no introduce a las masas en dominios que les están vedados, sino que en las condiciones sociales actuales contribuye justamente a la ruina de la cultura, al progreso de la bárbara ausencia de las relaciones”.
Baricco plantea que tanto en la literatura, como en el cine, la música, el internet e incluso bebidas como el vino o deportes masificados como el fútbol, ha cambiado algo, la tecnología y la comercialización los han transformado pero no necesariamente para mal, no para dejar de ser lo que son en sí (o lo que se entiende que son), sino simplemente para poder ser percibos de una manera distinta pero con la misma “esencia”. Quizás lo mismo pensaban los burgueses del el siglo XV, cuando llegó la imprenta con Gutemberg y desterró el manuscrito. Quizás, para decirlo en palabras del crítico de arte Walter Benjamin, pensaron que la reproducción técnica de los manuscritos les quitaba el “Aura” o, como diría Barico, el “Alma” a las letras y mensajes preciados de los libros. Pero no. Es simplemente una nueva manera de concebirlos y de consumirlos. No es fácil de aceptarlo, lo sé. Es interesante cómo se lo pregunta Barico en torno a los libros, pero, en el fondo, en torno a todas las otras manifestaciones culturales y medios de comunicación:
“¿qué clase de mundo ha sido generado por una mutación de este tipo? La equivalencia entre comercialización en auge y destrucción es real? ¿La idea de que se trata de un genocidio en el que estamos aniquilando es una idea inteligente o falsamente inteligente? No se trata de que me interese en particular el destino de los libros, es que ahí se está disputando un interesante partido: ¿es verdad que el énfasis mercantil mata el rasgo más noble y elevados de los gestos a los que se aplica?”.
¿El énfasis mercantil?, suena un poco feo para mí. Y (mea culpa), debo reconocer que muchas veces he satanizado al cine “comercial” en defensa del cine independiente y (según yo) más “interesante” y he hecho algo parecido con el tema literario. Pero vamos, aunque me cueste decirlo, es necesario despojarse un poco de estos pre-juicios y estereotipos. No todo lo “comercial” tiene que ser malo, hueco, vacío o tonto. Además, con el alcance de los medios de comunicación y el consumo grandemente masificado que se tiene de ellos, es complicado que una manifestación cultural, por ejemplo una película o un nuevo libro o una nueva canción, no se vuelva parte de la cultura de masas o no se vuelva “comercial”. Y una segunda cuestión, con todas estas mutaciones de las que vengo hablando a lo largo de este texto, ya no existe (o ya no es tan válido) “El paradigma del experto”. Como lo plantea Henry Jenkis en “Adoración en el altar de la convergencia”:
“Podríamos entender esta discusión en términos de la distinción entre la noción de inteligencia colectiva de Piere Lévy y lo que Peter Walsh ha descrito como “el paradigma del experto”. Walsh sostiene que nuestros supuestos tradicionales sobre la pericia y el conocimiento se están derrumbando, o al menos transformando, en virtud de los procesos más abiertos de comunicación en el ciberespacio. El paradigma del experto requiere un cuerpo definido de conocimientos que puede dominar un individuo. Las clases de cuestiones que prosperan en una inteligencia colectiva, sin embargo, son abiertas y profundamente interdisciplinares; se deslizan rebasando los límites y hacen uso de los conocimientos combinados de una comunidad más diversa”.

Entonces, veamos…“Inteligencia colectiva”, un nuevo término para el patio humano. Un buen ejemplo para explicarla (creo yo) es el caso de la famosa Wikipedia (sí, esta especie de enciclopedia virtual a la que muchos profesores universitarios odian). La cuestión es así de sencilla: millones de personas a lo largo de todo el amplio patio humano comparten sus conocimientos sobre determinado tema (desde la 2da guerra mundial hasta el “Chi you”), en nueve idiomas distintos, lo hacen porque les da la gana, porque lo disfrutan. Eso es inteligencia colectiva. Pero volvamos un momento al “paradigma del experto”. Veamos, si antes la vecina de al frente de tu casa decía que Rembrandt pintaba desastrosamente, lo más probable es que el otro grupo de vecinas se escandalizasen un poco y digan algo como que “Rembrandt es Rembrandt, no hay discusiones”. Difícilmente sucede esto hoy en día, cuando hablamos de cine o de literatura contemporánea. El paradigma del experto se ha desvanecido o casi disuelto.
Al cine: Para esta dedicatoria citaré a Walter Benjamin en “La obra de arte en la era de su reproductividad técnica”: “El cine no sólo se caracteriza por la manera como el hombre se presenta ante el aparato, sino por cómo con ayuda de éste se representa al mundo en torno. (…) El cine ha enriquecido nuestro mundo perceptivo con métodos que de hecho se explicarían por los de la teoría freudiana. (…) el cine aumenta por un lado los atisbos en el curso irresistible por el que se rige nuestra existencia, pero por otro lado, nos asegura un ámbito de acción insospechado, enorme”. Gracias cine. Por enriquecer mi mundo perceptivo, por distraerme, por educarme, por hacerme sentir tanto y hacer que me pierda en tus colores infinitos plasmados en las pantallas. Gracias por ser uno de mis pasatiempos favoritos, por cambiarme la manera de ver las cosas, por hacerme pensar. Por hacer del patio humano un lugar más interesante.
Entonces, hasta este punto queda claro que, como plantea Baricco, no se puede (o no se debería) relacionar el avance tecnológico con la desgracia o la decadencia cultural si se quiere entender integralmente estás mutaciones o esta “nueva civilización” (los bárbaros, como los llama Barico). Sucede que, en la historia, estos cambios chocantes y que han causado escándalo en diferentes épocas, parecen ser cíclicos. Ocurrió con la novela burguesa, con la televisión, con la aparición de los videojuegos, etc. En cuanto al arte y a las manifestaciones culturales, como vengo sosteniendo desde líneas arriba, éstas también han cambiado y se han transformado gracias a la tecnología y a los medios de comunicación. Pero, hay nostalgia, claro que la hay. Difícil adaptarse a tanta mutación. Como lo analiza el historiador George Didi-Huberman en “Ante el tiempo: historia del arte y anacronismos de las imágenes” cuando dice que la historia del arte siempre está por recomenzar o cuando sostiene:
“Así la novedad (el origen-torbellino) exige comenzar, no con algo como la idea de una edad de oro –aquí representada por el arte griego–, sino, al contrario, con su destrucción, que se ofrece en eco directo y explícito con el estado del mundo “civilizado” en 1945, momento el que el pintor se siente “comenzando” verdaderamente su obra. He aquí por qué el artista de hoy puede sentirse más cercano a un fetiche de las islas Marquesas, del que no comprende nada, que a una estatua griega, que sin embargo, constituye su pasado estético más intrínseco”.
Así pues, con tantos años de cambios en el patio humano, el arte y las manifestaciones artísticas, también se han visto afectadas o cambiadas; recomienzan, se vuelven a escribir y a pintar pero no dejan de ser lo que son. Porque el mundo y todo lo que ocurre en él no es estático ni está sellado a prueba de movimientos. Parece que hubiese un afán escondido porque no cambien las cosas nunca, para que se queden estáticas. Quizás es que los grupos que tienen “el poder, el conocimiento, la última palabra”, temen ser desplazados. Bueno, si dejaran de tener una postura tan anacrónica y poco tolerante, quizás no serían desplazados. Los cambios no suponen un paso encima o adelante, suponen un paso lateral, al costado. No se elimina lo anterior, cambia, se enriquece, se transforma. Los contenidos siguen existiendo y seguirán existiendo en nuestro patio humano hasta que se termine nuestra civilización. Vivimos en una era de convergencias.
Convergencias. Para hablar de ello, citaré nuevamente al profesor y periodista Henry Jenkins:
“A su vez, la convergencia mediática incide en nuestra manera de consumir los medios. Un adolescente que está haciendo sus deberes puede hacer juegos malabares con cuatro o cinco ventanas: navegar por la red, escuchar y descargarse archivos Mp3, chatear con amigos, escribir un trabajo con el procesador de textos y responder a correos electrónicos, cambiando rápidamente de tarea. La convergencia está teniendo lugar en los mismos aparatos, en la misma franquicia, en la misma compañía, en el cerebro del consumidor y entre los mismos fans. La convergencia implica un cambio tanto en el modo de producción como en el modo de consumo de los medios”.

Como lo sostenía McLuhan en su tiempo, cuando decía que “Es imposible comprender los cambios sociales y culturales si no se conoce el funcionamiento de los medios de comunicación”, la tecnología y los medios de comunicación (que son extensiones de nuestros sentidos, como dice él), están sumamente ligados a nosotros en todos los sentidos. En el patio humano, no consumimos una sola tecnología, necesitamos muchas, nos nutrimos de muchas. Y el surgimiento de una nueva, los cambios o el avance de otras, no hace que olvidemos a la anterior. Todas convergen y conviven en un mismo espacio del patio humano y en nuestros imaginarios mentales. No porque llegó el internet a revolucionar lo establecido, dejamos de ver la televisión o escuchar la radio. Yo veo televisión (y sospecho que usted también). Lo que ha cambiado es que los medios, para triunfar en la audiencia, se están haciendo mucho más participativos: los programas concurso por televisión, los reality shows, los programas de consejería por la radio, etc. En términos de McLuhan, como si todos los medios quisieran enfriarse. Quizás es lo que pida la audiencia: la participación, la “inteligencia colectiva”.
A la televisión: Gracias por la compañía durante tantos años. Por contarme y mostrarme cosas que nadie me quería mostrar. Por asustarme, por informarme, por entretenerme. Por estar en on aunque no te prestara atención y me encontrara navegando en la internet, durmiendo o leyendo algo. Te adecúas a todos los cambios, por eso todos te tienen en sus casas, te miran. No eres una cajita boba, como algunos tontos dicen.

Llegó el momento de pasar al último punto que trataré en este texto: la inmediatez en el consumo, las secuencias y la variedad de contenidos a las que las personas se ven expuestas en este patio humano. Es interesante cómo lo analiza Barico a partir del modo de adquirir experiencia. Cómo ésta ha cambiado a través de los años y con las nuevas tecnologías, con la nueva civilización perteneciente a los bárbaros. Hace treinta años, probablemente, uno adquiría experiencia o conocimiento a través de un único libro, un único discurso escolar, un único discurso en la casa. Hoy eso sería imposible. Con tanta información y tantas ideas, imposible conformarse o aceptar tan sólo unas cuantas. Con nuestros cerebros acostumbrados a apretar botones y cambiar contenidos con ellos (y con tan sólo esa acción), más difícil aún. Un clic nos puede llevar a mundos distintos. Como dice Barico a “multiplicar la cantidad de mundo coleccionable en nuestro rápido surfing”. Ello constituye las “secuencias sintéticas” o “secuencias de consumo”:
“El punto exacto en el que se dispara su diferencia es la valoración de lo que puede significar, hoy en día, adquirir experiencia. Podríamos decir: encontrar el sentido. Es ahí donde ellos ya no se identifican con el manual de buenas maneras de la civilización que les toca y que, a sus ojos, ofrece únicamente retorcidas no-experiencias. Y vacíos de sentido. Es ahí donde se dispara esa idea suya de hombre horizontal, de sentido distribuido en la superficie, de surfing de la experiencia, de redes de sistemas de paso: la idea de que la intensidad del mundo no se da en el subsuelo de las cosas, sino en el fulgor de una secuencia dibujada en la velocidad, en la superficie de lo existente”.

Y no creo que estos “sistemas de paso” constituyan contenidos efímeros, vacíos o carentes de significado. Sucede simplemente que son muchos. En internet, por ejemplo, de un link pasas a otro link y luego a otro, y puedes pasarte en esta operación durante horas y, en cada link encontrar un pedacito de información que te interesa. La unes y armas tu rompecabezas para este mundo coleccionable que tenemos en el patio humano.
Luego de todo lo dicho hasta aquí (con agradecimientos, incluidos) debo decir que no sé si soy una bárbara, una semi bárbara o una post-bárbara. Tal vez les haya resultado un poco conservadora para estos tiempos. Tal vez lo sea. Intento no serlo. Intento luchar contra mis barreras mentales y acogerme cada vez más a las nuevas tecnologías aceptar los cambios como positivos a pesar de las nostalgias. De lo que sí estoy completamente segura es de que nuestro mundo no es estático (nunca lo fue y nunca lo será, felizmente) y que los cambios no son malos. Las mutaciones hacen que este patio humano sea más interesante. Cambiar, romper paradigmas y esquemas. Eso me lo enseñó mi escritor favorito y alguien a quien yo admito mucho: Julio Cortázar, cuando escribió la famosa no-novela o contra novela “Rayuela”. Qué escándalo el que causo el Cronopio, qué escándalo. La gente le teme a los cambios pues. El temor paraliza. Pero, afortunadamente, no ha logrado paralizar este mundo que, ahora más que nunca, lo percibo en movimiento y dinamismo, avanzando a pasos agigantados con los medios de comunicación, las tecnologías y las cada vez más gigantes industrias culturales.

DH

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Reportaje: El placer sin la carne

VEGETARIANOS EN LIMA, TENDENCIA EN ASCENSO

El placer sin la carne

Mary –que tiene 21 años y es vegetariana desde hace tres–, camina pausadamente en la Bioferia que se monta todos los sábados al costado del parque Reducto número dos, en Miraflores. Anda en busca de algo agradable para almorzar. Ya son más de la una de la tarde y sus jugos gástricos se desesperan por triturar alimento. Sabe –felizmente– que aquí podrá encontrar algo para comer que no contenga carne y que no le dirán, como tantas otras veces “Ah, la chica vegetariana, ¿qué comes, pasto?”.
Así como ella, habitan en la capital un considerable número de vegetarianos y vegetarianas que lidian cotidianamente para mantener su régimen alimenticio no importa cuán dificultoso sea hacerlo. Ya sea por motivos éticos, ecológicos, culturales o de salud, ellos han elegido acogerse a este estilo de alimentación que, al parecer, está teniendo cada vez más adeptos en un país como el nuestro (en la capital, más específicamente), que, a decir verdad, se caracteriza más bien por comidas yuxtapuestas en las que abunda la carne en todas sus formas y colores.
¿Cómo sabemos que este régimen alimenticio está teniendo más adeptos y más presencia en la capital? Evidencia uno: la oferta de restaurantes vegetarianos está aumentando, incluso en distritos en los que el vegetarianismo no pensaba en asomarse (como el cercado de Lima o Lince). Si hace diez años había en proporción 6 restaurantes vegetarianos, ahora existe el doble (entre los reconocidos y los no tan reconocidos). Evidencia dos: aunque no existe ninguna agrupación oficial que incluya a todos los vegetarianos de Lima, en junio de este año se creó el primer grupo de vegetarianos del Perú llamado “Unión vegetariana del Perú”, que, hasta el momento, cuenta con 1081 miembros. Evidencia tres: el junio pasado se inauguró la primera biotienda en Lima, especializada en productos orgánicos y vegetarianos.
Según encuestas especializadas y perfiles de mercado, en países como la India, Reino Unido, Alemania, España o Estados Unidos, los Estados y las municipalidades de los mismos han realizado sondeos oficiales para determinar el porcentaje de población vegetariana en dichos lugares arrojando un 40%, 7%, 9%, 0,5% y 4 %, respectivamente. Ni en el Perú, ni en Lima se han efectuado este tipo de encuestas, por lo tanto, no se puede saber a ciencia cierta el número o porcentaje de vegetarianos que existe. A pesar de ello, debido a la demanda cada vez mayor de restaurantes y productos vegetarianos, se puede sospechar que esta minoría se está haciendo cada vez más numerosa en la capital. Pero ¿Se les estará respetando como minoría? ¿La oferta vegetariana estará satisfaciendo sus demandas? ¿Es viable ser vegetariano en Lima?

¿PASTO NOMÁS?: POINTS VEGETARIANOS
Por estos días, a un vegetariano ya no se le hace tan difícil encontrar un lugar para comer o encontrar comida que se ajuste a su régimen alimenticio, a diferencia de antaño. Si bien es cierto, por ejemplo, en las cafeterías o comedores de universidades como La Universidad de Lima, La Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, La Universidad del Pacífico, La Pontificia Universidad Católica o La Universidad Ricardo Palma, no existe ningún plato vegetariano en el menú o en la carta, ni en la mayoría de comedores de oficinas; existen cada vez más restaurantes en diversas zonas de la capital para satisfacer la demanda de este grupo de personas. Pero, como ellos no comen pasto, esta parece estar resultando insuficiente.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), Lima tiene más de siete millones de habitantes. Para toda esta cantidad de personas, la guía oficial vegana y vegetariana de Lima, sólo registra doce restaurantes: “Los Girasoles”, “Miski Wasi”, “La pecera”, “Los frutales”, en el Cercado de Lima; “Sweet Home”, en Surco; “Sampe’s”, en Lince; “Vida light”, “El paraíso de la salud”, “Vida sana”, en el Centro de Lima; y “Sabor y vida”, Tai I”, “Govinda”, “Bircher Benner”, en Miraflores. Además, hace cinco meses se abrió en el mismo distrito, la primera biotienda en la capital, especializada en productos orgánicos y vegetarianos: Punto Orgánico.
Humberto Guerrero tiene cincuenta y cinco años, es vegetariano desde los diecisiete, y en el año 1989 decidió emprender un proyecto llamado “Sabor y vida”. En marzo del mismo año abrió un restaurante con el mismo nombre y hoy en día es uno de los más concurridos restaurantes vegetarianos de la capital y además, uno de los más accesibles por sus precios económicos.
Acogedora y pintada de verde limón, una casona miraflorina es el lugar escogido para montar el restaurante. Para Humberto, quien además de ser vegetariano estudió nutrición en la universidad Nacional Mayor de San Marcos, esto más que un negocio es un ideal mediante el cual ha difundido el vegetarianismo durante más de veinte años.
Mientras se mueve de un lado a otro atendiendo a sus clientes y acomodando los manteles floreados del restaurante, cuenta que decidió ser vegetariano por cuestiones culturales: “El vegetarianismo es una cultura. Si Ghandi lo era, si Protágoras lo era”, ¿por qué no serlo yo?”, dice con seguridad.
Lo particular y novedoso de este restaurante es que adapta todos los platos de la sabrosa comida criolla a la dieta vegetariana. Así, se ofrecen lomo saltado, causa rellena, cau-cau, estofado, entre otros. Para Humberto se vegetariano no es caro en lo absoluto. Cuenta que el menú cuesta siete soles cincuenta, ocho soles cincuenta en domingos y feriados y que el plato a la carta más caro vale doce soles.
En la época que Humberto se volvió vegetariano la presión era mucho más fuerte, había mucho menos conocimiento hacia este régimen alimenticio, sostiene. Sin embargo, considera que pese al aumento en la demanda, la oferta de este tipo de locales en Lima aún es insuficiente: “Además, hay mucha información suelta sobre el tema. Si bien hay un considerable respeto hacia los vegetarianos, seguimos siendo una minoría, hace falta más conocimiento a fondo”, dice enfáticamente.
Se casó con una vegetariana y sus tres hijos, ahora jóvenes de 25, 21 y 18 años, se criaron bajo este régimen y lo mantuvieron. Ahora también trabajan en conjunto con sus padres para mantener el restaurante y difundir el vegetarianismo. Humberto comenta que en la universidad ha sido complicado para sus hijos encontrar qué comer porque, como se mencionó al inicio, en la mayoría de universidades no se incluyen ningún plato vegetariano. “Los líderes académicos y sociales no han logrado entender esta propuesta. Están encerrados en la tradición”, afirma.
El caso de “Punto Orgánico” es mucho más reciente. Las hermanas Jimena y Gracia Florez-Estrada, decidieron unir esfuerzos para abrir la primera biotienda de la capital que brinde una amplia gama de productos especializados para vegetarianos, veganos o para las personas que quieren comer comida orgánica más saludable. Se ofrecen desde panes, cereales, verduras, frutas, hasta lácteos y granos especiales.
La tienda, ubicada en una zona céntrica de Miraflores, se inauguró el 15 de de junio de este año. Según Jimena Florez- Estrada, tuvo bastante acogida. Ella es desde hace algunos años, casi vegetariana (no come ninguna carne excepto pescado). Cuenta que la idea de abrir la tienda no sólo fue comercial o con la intención de tener un negocio próspero sino para difundir un régimen alimenticio más saludable. Para ella este es “El único estilo de vida que te puede ayudar a curar o prevenir enfermedades” y coincide con Guerrero en que falta difusión con respecto a alternativas de alimentación saludable.

¿TE HACEN FALTA VITAMINAS?
Según una encuesta realizada en el 2002, a nivel mundial, por la revista Times y la CNN, el mayor porcentaje de personas (32%) se vuelve vegetariano por temas de salud. Seguido de un 21 % por derechos y amor a los animales, un 15 % por la presencia de aditivos y hormonas en las carnes, un 13 % por rechazo al sabor de la carne, un 6 % por razones religiosas y un 4 % por preocupación hacia el planeta.
Precisamente por el tema de la salud es que, en algunos casos, puede ser complicado el adecuarse a este nuevo régimen. Ser vegetariano implica todo un proceso de adaptación, el cual debe ser guiado, de preferencia, por un nutricionista o un médico.
Existe toda una discusión permanente, desde hace unos años, sobre si es bueno o no para la salud introducirse en este régimen y permanecer en él. El principal motivo de disputa gira en torno a la vitamina B-12. Según especialistas, esta vitamina es esencial para la síntesis de la hemoglobina, la elaboración de células y el buen estado del sistema nervioso; por ello es que su ausencia, puede provocar una anemia perniciosa o un debilitamiento general. El problema con el régimen vegetariano, que prescinde de la carne, es que esta vitamina no se encuentra en los vegetales, sólo se encuentra en fuentes animales.
Para la doctora Juana Gamarra, bióloga y gastroenteróloga, una alimentación mixta y balanceada es lo más recomendable para una buena salud. Sostiene que existen un grupo de ácidos grasos que sólo se pueden encontrar en los alimentos de origen animal y que son esenciales para el funcionamiento óptimo del cuerpo.
Explica que el cuerpo, por motivos biológicos, sólo absorbe entre un 30-40% de las proteínas de origen vegetal, mientras que entre un 70-80% de las proteínas de origen animal. Por tanto, un vegetariano debe comer casi el doble para poder llegar al mismo nivel de proteínas absorbidas y que el organismo requiere.
“No todos los cuerpos tienen el mismo metabolismo”, sustenta enfáticamente. Por ello cree que no todas las personas están en condiciones de adoptar un régimen vegetariano. Ello lo ve reflejado en algunos de sus pacientes. Dice que el 60 % de sus pacientes vegetarianos, presentan problemas de salud, principalmente anémicos. Por ello señala que “La elección debería estar de acuerdo con lo que cada cuerpo necesita”. Pero siempre con una supervisión nutricional y médica.
En cuanto a la vitamina B-12, sostiene que su ausencia en el organismo causa definitivamente anemia, y más específicamente, anemia de tipo megaloblástica. Por ello cree que el vegetarianismo, en todo caso, debe de ser acompañado con suplementos alimenticios que contengan esta vitamina.
A pesar de estos evidentes riesgos, señala que el vegetarianismo también puede traer algunas ventajas. Entre ellas: la limitación de las grasas en el cuerpo, el buen funcionamiento del sistema digestivo, la buena cantidad de fibra en el cuerpo, entre otras.
Humberto Guerrero, nutricionista también, opina de una manera distinta. Cree que una dieta estrictamente vegana podría causar algunos problemas de salud, más no aquella que es sólo vegetariana. Desde su experiencia personal de más de treinta años, señala que, al contrario de traerle problemas de salud, esta le ha mejorado considerablemente.
Sostiene que lo de la vitamina B-12 es relativo ya que, en último de los casos, podría ingerirse como un suplemento nutricional sin causar ningún tipo de daño al organismo. Como nutricionista, se ha encargado a través de los años de elaborar dietas variadas vegetarianas, las cuales considera que poseen los nutrientes diversos y necesarios que el cuerpo necesita.

VEGETARIANOS 2.0 Y CRÓNICAS VERDES
El mes pasado, según la NAVS (Sociedad Vegetariana de América del Norte), que es una de las sociedades más organizadas y numerosas de vegetarianos en el mundo, se celebró (a nivel mundial) el mes de concientización vegetariana. Un plazo que tiene como objetivo ofrecer los servicios de salud ambiental, éticos, humanitarios y personales de un estilo de vida vegetariano.
Este hecho no resultó ajeno ni lejano para los vegetarianos de Lima. Y es que, por más que no existe una asociación ni grupo oficial reconocido por las autoridades de la capital que reconozca a los vegetarianos, desde el año pasado se creó una página web que funciona como foro llamado vegetarianosperú.tk, la cual intentaba unir esfuerzos para congregar a esta minoría de personas. Luego de casi un año, dicho foro se trasladó a un grupo de facebook con el nombre de “Unión vegetariana del Perú” la cual actualmente cuenta con 1081 miembros. Este grupo es el que se ha encargado de promover en el mes de Octubre todas las actividades en pro del vegetarianismo: parrilladas, marchas animalistas, reuniones para comentar experiencias, entre otros. Se definen a sí mismos como: “Un punto de encuentro para la difusión del vegetarianismo en el Perú. La meta es ser una un grupo numeroso, capaz de realizar actividades que ayuden a los animales y la preservación del medio ambiente .Además de compartir ideas y nuevas recetas para disfrutar el ser vegetariano de corazón”.

A sus 21 años, Mary Gutiérrez, estudiante de noveno ciclo de publicidad en la Universidad San Martín de Porres, es la principal responsable de la creación del foro y grupo en facebook antes mencionado. Las preguntas, risas, desacuerdos y discusiones que tuvo que pasar en el proceso de cambio de hábitos alimenticios y de consolidarse como vegetariana (desde hace tres años), no le impidieron seguir firme en su decisión e incluso, intentar difundir el vegetarianismo. “Ahora lo tomo con calma”, dice riendo. Recuerda con una gracia inusual cuando se sentaba en una pollería rodeada de todos sus amigos con su plato de verduras y carne de soya (que traía de su casa), mientras todos se devoraban los pollos a la brasa.
“Se nos ignora un poco”, dice algo apenada, mientras acomoda un prendedor que se desprende de su bolso y destella con una frase en marco rojo “No comer carne es dejar vivir a los animales”. Ella nunca ha tenido ningún problema de salud por llevar este régimen alimenticio. Esta es una de las razones por las que considera que es bueno difundir esta manera de alimentarse.
El grupo, dice, tiene miras de expandirse a provincias (Si bien se llama “Unión de vegetarianos del Perú”, reconoce que por el momento está centrado sólo en Lima) y, en un futuro, abrir un local que sirva de punto de encuentro. De momento, a través de sus reuniones y eventos, van armando una masa crítica cada vez más sólida confiados en que esta tendencia alimenticia y este estilo de vida cobrarán más adeptos y serán mejor tolerados en nuestra sociedad.

DH

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Medios de comunicación, Redes sociales, Tecnología

“Me enteré por facebook”: cuando una red social se inmiscuye (con éxito) en nuestras vidas

McLuhan hizo bien en plantear hace unos años una distinción que resulta, en estos tiempos, tan útil e ilustrativa: la distinción entre medios cálidos y medios fríos. En palabras de él mismo: “ El teléfono es un medo frío o un medio de definición baja debido a que se da al oído una cantidad mezquina de información y el habla es un medio frío de definición baja, debido a que es muy poco lo que se da y mucho lo que el oyente tiene que completar. Por otra parte, los medios cálidos no dejan tanta cosa que el público haya que rellenar o completar, por lo tanto, los medios cálidos son de poca o baja participación, mientras que los medios fríos son de alta participación para que el público los complete. Por lo tanto, un medio cálido, tal como la radio, surte naturalmente en el usuario efectos muy diferentes a los que produce un medio frío, tal como el teléfono”.

Con más de cuatro años formando parte del internet y más de 500 millones de usuarios registrados en todo el mundo, facebook es sin duda un medio frío. Y lo llamaré un medio (aunque sé que el medio es el internet y no una plataforma dentro de este), debido a la creciente importancia y protagonismo que creo está tomando en las vidas, formas de interacción con otros, utilización del tiempo libre, entre otras cosas; de los millones de usuarios que hemos caído rendidos ante tanta maravilla (y tanta información).

¿Por qué tanto éxito? ¿Por qué tantos usuarios? ¿Por qué pasamos tantas horas metidos para ver qué encontramos ahí o de qué nos podemos enterar, qué nueva foto podemos ver o compartir? Mi hipótesis es que facebook es una de las plataformas de internet que demanda –y requiere– de más participación e interacción de parte los usuarios. Es decir, facebook, es ahora, el medio frío por excelencia.
En facebook ya no somos sólo “personas”, nos convertimos usuarios, identidades virtuales. Y es que en facebook, a diferencia de otras plataformas como Second life (en las cuales la fantasía prima sobre la realidad y donde uno puede tener el pantalla y en el ciberespacio todo lo que no tiene en su vida “real”), la gente construye una identidad a partir de elementos virtuales. Pero es una identidad que no escapa tan desmesuradamente de la “realidad”.

En facebook uno puede decir lo que piensa, lo que hace (en pequeñas frases); escribir poemas, cartas etc. (en forma de “notas”), compartir sus fotos personales, en eventos, en grupos y ver las fotos de sus contactos; contar nuestros gustos e intereses (pasatiempos, ideologías políticas y religiosas, libros favoritos, películas que más nos gustan o música que escuchamos); tomas test de personalidad y compartirlo con los contactos; unirnos a “grupos” o “páginas” de nuestro interés; compartir videos o enlaces de otras páginas; chatear con amigos vía el chat de facebook; obtener frases de la fortuna, predicciones o de nuestros escritores o cantantes favoritos; ofrecer productos o servicios profesionales; e incluso, jugar algunos juegos de rol o de prueba de habilidades.

Fuera de esas posibilidades, lo más importante es que facebook da la posibilidad de interactuar en tiempo real con las personas que tenemos como contactos. Podemos refutar a cada cosa que dicen o estar en acuerdo o desacuerdo con un “Me gusta” o “No me gusta”, etc. Y por más que suene contradictorio al decir que facebook es un medio frío (en el sentido macluhiano) ya que da demasiada información. Lo cierto es que, lo que uno tiene que completar o aportar sigue siendo superior en creces (en mi opinión), frente a la variada y abundante información que uno obtiene en esta red social.

Nace y crece el facebook, ¿Muere el cine, la radio o la televisión?

Lo he hecho yo, lo han hecho mis amigos, mis familiares o conocidos: postear en facebook mientras vemos algún programa de televisión o escuchamos la radio. Más llama la atención aún, escuchar noticias o leer estudios en los que dicen que cada vez más gente postea mientras está en el cine (utilizando smartphones) alabando o despotricando contra la película de turno. Sin duda, toda una nueva manera de comunicarnos que, en mi opinión, no parece estar encaminada a la destrucción o desaparición de ningún medio, sino más bien a su convergencia (ya sea pacífica o problemática).

Es interesante verlo de este modo: si un medio cálido amplía un solo de nuestros sentidos y un medio frío todo lo contrario. En palabras de McLuhan: “Es un medio cálido el que prolonga o amplía un solo sentido en una alta definición”. Al estar conectados con todos estos medios simultáneamente, no sólo estamos utilizando y ampliando todos (o casi todos) nuestros sentidos en la utilización o interacción con un medio (cálido, el que amplia más de un sentido), sino que, lo estamos haciendo, precisamente porque estamos utilizando varios medios a la vez. Y nos gusta. Es un atractivo para la sociedad contemporánea el hacer más de una cosa a la vez y estar en constante movimiento. Es una de las razones por las que en mi opinión el facebook (y otras redes sociales), ha tenido tanto éxito. Porque permiten usarlas mientras se usan o consumen otros medios (como el cine, la radio o la televisión).

Si antes, en palabras de McLuhan: “El poder propio de la radio para implicar profundamente a la gente se pone de manifiesta en su empleo por los jóvenes cuando hacen sus tareas escolares en casa y por muchas otras personas que llevan consigo aparatos de transitores para procurar un mundo privado propio en medio del gentío”. Hoy me parece que el compañero estrella en las labores de muchos jóvenes o adultos es el facebook (o en todo caso el twitter). Lo sospecho al ver frases en muchos estatus como “Haciendo Monografía, “Leyendo”, “Estudiando historia”, “No quiero hacer ese trabajo”, etc. Un mundo privado que quizá, a diferencia de antaño, se quiere hacer público y se espera siempre respuesta de los otros.

¿El facebook de las masas o de las individualidades?
Al leer recientemente tres noticias que mencionan a facebook confirmo que se convierte cada vez más en un mass media, en parte de la llamada cultura de masas, de la industria cultural. Una dice que algunas empresas han decidido vigilar a sus trabajadores a través de redes sociales (principalmente facebook y twitter) ya que en las redes sociales “las posibilidades de conocer las actividades y pensamientos de una persona se amplían”. La otra (que se relaciona bastante con la anterior) es que una mujer en Inglaterra fue despedida con el siguiente comunicado: «a la vista de sus comentarios en Facebook sobre el trabajo y la compañía, creemos que es mejor que, como no está contenta, terminemos con efecto inmediato su empleo”. Y la última, es que un periodista británico realizó un estudio en el que concluyó que facebook puede resultar como un termómetro de las peleas de parejas, al analizar los “estados” de más de diez mil usuarios y darse cuenta de que luego de San Valentín y dos semanas antes de Navidad son las fechas en donde más rupturas de relaciones de pareja se dan. Lo anterior permite comprobar lo masificado que se encuentra facebook hoy en día. Con más de 500 millones de usuarios no resultaría ficticio sostener que “todos” (o casi todos), lo usan.

Sospecho que si Theodor Adorno, filósofo alemán, estuviese viviendo en esta era del facebook, lo consideraría tan banal, homogeneizador y embrutecedor como consideraba, en su tiempo, al cine, la televisión o la publicidad. En “La industria cultural – Iluminismo como mistificación de las masas” sostiene tres ideas que ilustrarán mi hipótesis: “La fusión actual de cultura y distracción no se cumple sólo como depravación de la cultura, sino también como espiritualización forzada de la distracción, lo cual es evidente ya en el hecho de que se asiste a ella casi exclusivamente como reproducción”, “La industria cultural, en suma, absolutiza la imitación”, “Es el triunfo de la réclame en la industria cultural, la imitación forzada, por parte de los consumidores, de las mercancías culturales incluso neutralizadas en cuanto a su significado”.

Debo decir que discrepo en gran medida del señor Adorno en estas ideas. Primero porque creo que cultura y distracción no están (ni deben estar) desligados o divorciados en lo absoluto. Segundo, porque creo que el facebook, no homogeniza ni fomenta la imitación en su totalidad, más bien, hace que el individuo reafirme su identidad y la quiera expresar de todas las maneras posibles. Y tercero, porque creo que el facebook no sólo es un espacio de distracción o para “matar el tiempo”. Desde mi experiencia personal puedo decir que me ha permitido establecer contactos profesionales, disfrutar de discusiones enriquecedoras en las que se aprende mucho, enterarme de noticias o datos realmente interesantes para mí (a los que no consideraría banales para nada), realizar o contactar entrevistados para mis labores como estudiante de periodismo, conocer personas interesantes que comparten mis gustos o intereses.

En suma, no me gusta la masificación de las ideas ni de las imágenes ni estar involucrada “en donde todos están” y el facebook, lejos de llevarme a ello (y a pesar de formar parte de los mass media), me ha permitido mostrar a los otros mi individualidad y diferenciarme del resto. De ahí también su éxito.

El facebook podría asemejarse a los lugares de citas en internet que analiza Eva Illouz en su libro “Intimidades congeladas”. Ella sostiene que: “(…) el yo se construye (en los lugares de citas) descomponiéndolo en categorías discretas de gustos, opinión, personalidad y temperamento”, “El acto de subir un perfil a la web hace que Internet, al igual que otras formas culturales psicológicas como los talk shows y los grupos de apoyo, convierta el yo privado en una representación pública”, “Internet contribuye a una textualización de la subjetividad, el yo se externaliza y objetiva a través de medios visuales de representación y lenguaje”.

Facebook te invita a descomponer tu personalidad en términos de categorías (ideología política, religiosa, gustos literarios, gustos cinematográficos, actividades, intereses, entre otros). Es una construcción de un yo individual, sólo que en vez de ser privado, se convierte en público. No es un yo masificado o de imitación, es una textualización de nuestras subjetividades internas un poco forzada a representación a través de frases compartidas, grupos de los que formamos parte o incluso fotos o videos. Es decir, facebook nos obliga a evaluar nuestros propios conocimientos de uno mismo y a tratar de plasmarlos para que otros los conozcan. Pero, en mi opinión, no es (en casi todos los casos), un yo ficticio u homogeneizado.

Te conozco porque veo tu foto en facebook

Las estadísticas señalan que se suben a facebook más de 83 millones de fotos a diario. El protagonismo e importancia de las fotografías en facebook es impresionante. La imagen, la foto que vemos y compartimos a través de las pantallas nos da una sensación de cercanía, nos aproxima a ciertos detalles de la vida o rasgos físicos (o incluso psicológicos) de alguien que podemos o no conocer personalmente pero que tenemos como contacto en facebook.

Es lo que podemos llamar el “aura” que plantea el filósofo y crítico literario Walter Benjamin y analiza el historiador de arte George Didi-Huberman en “Ante el tiempo: historia del arte y anacronismos de las imágenes”: “¿Qué es el aura, qué es más precisamente esta “trama singular de espacio y de tiempo”? Benjamin responde con una forma que sigue siendo célebre: “es la única aparición de una lejanía, tan próxima como pueda estar”. Los escenarios (o incluso personas) que aparecen en las fotos de facebook de nuestros contactos nos pueden resultar tanto física como en cuanto a conocimiento, absolutamente lejanos o remotos pero, viendo las fotografías nos parecen cercanos, casi como si podríamos estar ahí y formar parte de la fotografía.
Reafirmando lo que digo anteriormente, Benjamin sostiene lo siguiente en su ensayo “La obra de arte en la era de su reproductividad técnica: “En la fotografía, el valor exhibitivo comienza a reprimir en toda la línea el valor cultual. (…). En las primeras fotografías vibra por vez postrera el aura en la expresión fugaz de una cara humana. Y esto es lo que constituye su belleza melancólica e incomparable. Pero cuando el hombre se retira de la fotografía, se opone, entonces, superándolo el valor exhibitivo al cultual”. Tanto como en una fotografía en físico como en las tantas fotografía que podemos observar en facebook, lo que creemos (o vemos) que pasa en el momento en que se hace clic a la cámara y se congela la imagen, cobra mayor importancia que lo “realmente” pasó en ese momento o sus circunstancias específicas. Podemos darle cualquier interpretación o percepción. Eso resulta bastante interesante para todos los que somos usuarios de facebook y creo que, en parte, también podría explicar su éxito.

Eva Illouz sostiene al respecto (en relación a los sitos de citas en la web pero creo, como mencioné anteriormente, que también se ajusta a las redes sociales): “A pesar de los aspectos descorporeizantes de Internet, la belleza y el cuerpo son omnipresentes, pero ahora porque quedaron congelados, convertidos en imágenes que congelan el cuerpo en el eterno presente de la fotografía (…)”. Así, las fotos colgadas de facebook las podemos ver una y otra vez no importa cuándo, no importa dónde, seguirán teniendo el mismo valor. El aura se mantiene y las imágenes siguen estando presentes y manteniéndose cercanas. La imagen tal como la percibe Huberman: “La imagen no es la imitación de las cosas, sino el intervalo hecho visible, la línea de fractura entre las cosas”. Nuestra foto de perfil del facebook, por ejemplo, nos muestra a nosotros solos sentados en una banca. Esa imagen, esa foto, no es una copia de “realidad”, no es una imitación, es un fragmento de realidad que hemos decidido hacer visible.

DH
(Se reservan todos los derechos de autor)

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Cine, Cine peruano

«Octubre» en Octubre

Luego de los éxitos e interesantes y bien logradas puestas escena de “Contracorriente”, “Paraíso” y, anteriormente, “La teta asustada”, llega una película con el nombre del décimo mes del año. Ganadora del premio especial del jurado en el prestigioso Festival de Cannes, premio a Mejor Película en el Motovun Film Festival de Croacia, premio al mejor elenco en el Festival Sanfic de Santiago y, por último, premio especial del jurado en el Festival Internacional de Odessa en Ucrania.

“Octubre”, es el primer largometraje de los hermanos Daniel y Diego Vega. Narra la historia de Clemente (Bruno Odar), un prestamista usurero, avaro y solitario que ve su mecánica rutina del día a día interrumpida cuando se le encarga la difícil tarea de la crianza de una bebé (que supuestamente es su hija con una prostituta). Al verse incapacitado para esta labor, decide contratar a su vecina (Gabriela Velázquez) para que se encargue de la niña. Este es el punto de partida de una historia que presenta a personajes excéntricos y marginales que viven en una Lima fría, descascarada, polvorienta y que se ven en la obligación de sobrevivir en ella a como dé lugar.

La acción de la película trascurre en el mes de Octubre, el tradicional mes de los turrones, la procesión del Señor de los Milagros y las túnicas moradas. Lo que llama la atención de esta película, es que es una propuesta distinta (tanto visualmente como en el ritmo de la narración). Si antes se presentaban películas que resaltaban la Lima marginal o las tradiciones con colores cálidos o resaltando lo colorido, festivo, criollo y pícaro de la ciudad, esta película es todo lo contrario. “Octubre” se cuenta en colores fríos, opacos y luz fría. La iluminación está en clave baja, lo que permite que se establezcan contrastes y le da personalidad a la luz de acuerdo a cada momento de la narración. Incluso, hay escenas que son casi completamente oscuras ya que no se quiere utilizar iluminación artificial se juega con la luz natural. La cámara está fija todo el tiempo, lo cual le da estabilidad al relato y otorga entero protagonismo a las actuaciones y a los movimientos de los personajes. Ello es bastante efectivo para el relato que no pretende (en mi opinión) adentrarse demasiado en la psicología de los protagonistas. La cámara privilegia encuadres horizontales, estáticos que registran tanto los diálogos y acciones como los silencios, que abundan en la película.

Otro elemento que resulta interesante en la película es el humor negro, presentado con tanta naturalidad y sutileza. Dentro de los escenarios y situaciones “realistas” y un ambiente bastante familiar (costumbres típicas, procesiones, tráfico de carros, interiores y exteriores de casas y edificios desgastados y llenos de polvo, ropa de los personajes arrugada, calles sucias, sonido del afilador de cuchillos etc.) y en un contexto frío, triste, vacío y solitario, el humor se presenta como un rasgo más, que está presente algunas veces sin que los personajes se inmuten o cambien su expresión facial a una sonrisa o si quiera un intento de ella. Dentro de los escenarios tristes de una clase media limeña empobrecida y marginal, brotan situaciones y diálogos cargados de humor negro que arrancan risas insólitas a los espectadores del filme. En mi opinión, este elemento hace que no sea una película “dramática” ni mucho menos que pretenda dar moralejas acerca de lo que se debe o no hacer, más bien es una sátira que presenta personajes insólitos y tan particulares que llaman la atención del espectador. Y creo que no es porque se llegue a establecer un “vínculo” con ellos, sino más bien es como si los observaras atento en una vitrina esperando a ver su próximo movimiento.

Mientras Clemente se enrumba en una travesía accidentada por encontrar a la prostituta supuesta madre de su hija, se van presentando situaciones ridículas y pintorescas. Como las escenas de las entrevistas del prestamista con sus clientes, de Fico (otro personaje de la película), recorriendo las calles de la ciudad arrastrando una silla de ruedas, llenando crucigramas, intentando sacar a su novia del hospital; o de la vecina, valiéndose de artimañas extravagantes para lograr conquistar a Clemente. Algunas escenas que me llamaron la atención y me parecieron bastante atractivas visualmente eran las escenas en que Clemente camina de espaldas por la calle solitaria, primero de noche y luego de día. Se presenta un espacio profundo, la iluminación natural, cámara fija, plano entero y en mi opinión encuadres muy bien logrados. Se nota cómo las casas y los postes del contexto forman líneas verticales que expresan o sugieren tensión y encierro que es justamente como se siente el prestamista en esos momentos.

Si bien “Octubre”, parece por momentos de una trama y ritmo lento y que no llega a ningún lugar, resulta efectiva por su propuesta innovadora y representación diferente de Lima. Además, por su interesante estilo visual y sus encuadres bastante bien logrados y expresivos. El humor negro le aporta otro elemento necesario y preciso que acentúa su carácter satírico e insólito. Lima se presenta a la vez como un lugar familiar y real pero también como un lugar lejano y suspendido en el tiempo. La musicalización es casi ausente, salvo por la música de las procesiones y las de los afiladores de cuchillos en algunos momentos; creo que ello no es un problema ni una deficiencia del filme porque en mi opinión, la musicalización completa y muy presente pudiese haber entorpecido la narración. Por último, las notables actuaciones de Gabriela Velázquez, Bruno Odar y el legendario Ricardo Gassols, hacen de la película, un filme memorable. No diré que es una extraordinaria película, pero es una propuesta realmente interesante que tiene más mérito aún por su bajo presupuesto. Recomendable.

DH

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